La Juguetera

lunes, 23 de febrero de 2015

Desenfreno

Eran las ocho y media de la noche cuando mi teléfono sonó. Crucé apresuradamente el salón para ver quien llamaba. Sí, era él. Las mariposas se adueñaron de mi estómago y un nudo se alojó en mi garganta. Descolgué

-¿Sí?- Pregunté, aún sabiendo quien me esperaba al otro lado

-Hola cielo, a las nueve te paso a buscar. Estarás lista ¿Verdad?- Dijo él
-Sí, estaré lista, te lo prometo- Dije casi susurrando

¿Quién es él? El hombre que se adueña de mis pensamientos más impuros, Raúl. Hablamos el día anterior para cuadrar y poder vernos esta noche. Ya habíamos quedado en más de una ocasión  fuera del trabajo y no era la primera vez que iba preparada para la guerra. Las otras ocasiones quizás, había sido un poco más sutil con respecto a mi vestuario y gestos, aunque es tan listo, que pilla todo sin necesidad demostrarlo efusivamente. La segunda vez que quedamos, la recuerdo como si fuese ayer. Me llevó a su casa a tomar la última, me enseñó su habitación, me senté en la cama y le dije que me parecía cómoda. Se abalanzó sobre mí y me dio una fantástica noche de placer.

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